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16 mayo, 2020

CLAVES PARA TENER LA MEJOR LEÑA

Una estufa de leña no puede ser mejor que la leña que quemamos en ella. Distintos tipos de leña tienen distintos comportamientos – algunos arden casi sin llama y se convierten en carbones, otros tipos arden rápidamente y con intensidad, pero todos tienen un factor en común, la leña debe estar lo más seca posible. Este factor es el que nos garantiza el mejor calor, la mayor facilidad de encendido del fuego, y facilita quemar la leña con mayor respeto por el medio ambiente.

Artículo de Lars Mytting, autor de “Hel ved” (“Madera maciza”)

Si la leña no está seca, el calor en la estufa de leña se emplea en evaporar la humedad, y las emisiones de partículas y polución se elevan. Ignore cualquier concepto trasnochado de que la leña debe estar un poco húmeda. Lo ideal es tener el menor grado de humedad posible. El requisito mínimo en el mercado para poder decir que la leña está seca es del 20%, pero no es ningún problema bajar este porcentaje al 14-15% en un clima normal, y esta rebaja en el contenido de humedad se nota, y mucho.

La combustión de leña es neutra con respecto al CO2 y constituye gran parte de la calefacción residencial en Noruega. Hoy, calentarse quemando leña ya no tiene que ver el humo y con viejas estufas llenas de grietas, sino con modernas tecnologías de combustión, buena calidad de leña, y responsabilidad medioambiental. Al mismo tiempo, las estufas de leña modernas, con puerta de cristal ofrecen más y mejor contacto con la magia del fuego. La calidad de calefacción de una estufa de leña no tiene comparación – nos ofrece una penetrante sensación de calor por radiación en la piel, y una rápida calefacción de la habitación. La visión de las llamas nos da tranquilidad y un espacio para la reflexión, y no es de extrañar, porque el calor del hogar ha sido el punto de reunión para el ser humano durante miles de años.

VER UNA PILA DE LEÑA NOS TRANSMITE SEGURIDAD, Y CUANDO SIENTES POR PRIMERA VEZ LA ACOGEDORA SENSACIÓN DEL CALOR DE UNA ESTUFA DE LEÑA, SABES QUE PUEDES AFRONTAR EL INVIERNO CON SEGURIDAD.

Pero muchas de las ventajas de calentarse con una estufa de leña no son visibles sin no se emplea la calidad de leña adecuada. Es fundamental para una satisfactoria cultura de leña, poner el acento en la compra y almacenamiento de leña. Cortar tu propia leña es posible en gran parte del país lo que nos da acceso a una fuente de energía muy barata. En cualquier caso, mucha gente no tiene esta posibilidad, y este artículo está dirigido a aquellos que compran su leña.

COMPRA LA LEÑA PRONTO

 Lo más importante es comprar la leña lo antes posible .Vivimos en Noruega, y el invierno comienza pronto cada año, incluso aunque intentemos olvidadlo. Igual que las ruedas de invierno el día de las primeras nieves – es más seguro y de sentido común estar preparado. No hay razón alguna salir corriendo a la gasolinera más cercana a comprar pequeñas bolsas de leña a precios ridículamente caros. Sea previsor, y contacte con un proveedor de leña profesional durante la primavera. Hay muchos en Noruega y son profesionales. El acopio temprano de leña antes de la temporada de invierno beneficia a todos. Los precios son normalmente más baratos, la leña es más fácil de conseguir y repartir, y el proveedor tendrá tiempo de re-abastecerse de leña.

COMPRA EN GRANDES CANTIDADES 

Esto nos lleva a otro punto: compra mucha leña. A ser posible, tanta como puedas almacenar. Si el espacio es limitado, una buena alternativa es acordar un suministro con tu proveedor de leña. Cuando te quedes sin ella, tendrás que comprar más o encender el radiador eléctrico. En una sociedad moderna como la nuestra, estamos acostumbrados a tener todo al alcance de la mano, en cualquier momento y en cualquier lugar, pero esta costumbre puede ser muy desafortunada si las fuerzas de la naturaleza nos desbordan – porque cuando todo el mundo tiene frío, todo el mundo quiere leña.

Más de una vez nos hemos encontrado que los vendedores de leña se quedan sin ella en los períodos de frío más largos y crudos. Es fácil acabar convirtiéndose en víctima de aquellos que quieren sacar beneficio de un momento de necesidad subiendo el precio de la leña al mismo ritmo al que la temperatura baja de cero.

HAGA UNA ESTIMACIÓN DE SU CONSUMO DE LEÑA

Tenga en mente que quemar leña es positivo. Si se quema correctamente, de forma que la polución es mínima, la leña se convierte en una fuente de bioenergía neutra en cuanto al CO2 y una fácil solución al déficit energético. El objetivo de las autoridades en un país como el nuestro es doblar el uso de la bioenergía, y en la mayoría de los casos, la leña es la alternativa más accesible. La leña en Noruega es de gran calidad y es un producto local – y nuestros bosques crecen mucho más rápido cada año que la leña que se corta para encender fuego. Piense que es mejor ver nuestro almacén de leña medio lleno al final de la temporada de invierno que no tener que gastar en una electricidad cada día más cara en los últimos coletazos del invierno. Además la leña es decorativa y después de un invierno suave, siempre la puede guardar para el año siguiente.

GUÁRDALA EN UN LUGAR SECO

Y esto nos lleva a otro punto fundamental: el almacenamiento. Hay muchas formas de almacenar la leña, desde simples pilas de leña hasta esculturas. Aquí sólo nos vamos a fijar en lo que afecta la calidad, y esto incluye almacenar la leña en un lugar ventilado y protegido de la humedad. Debería estar elevado del suelo y protegido de la lluvia y la nieve por una cubierta. La leña absorbe el agua de la lluvia con rapidez, y si permanece en un lugar húmedo se enmohecerá lo que reduce sus propiedades de combustión. El mismo principio aplica a la leña verde o húmeda cuando la secamos nosotros mismos y en este caso aún es más importante que nuestro cobertizo o pila de leña estén ventilados por los cuatro costados. No es difícil secar la leña si se corta y almacena temprano en la primavera. Un ambiente seco con baja humedad nos permitirá secar la leña con más rapidez, incluso en tres meses. El calor y el sol son dos factores importantes, pero lo que realmente seca la leña es la ventilación y la circulación de aire, un viento seco quita la humedad de la leña mejor que ningún día de verano.

LO QUE NO FUNCIONA 

Después de secar la leña – o si ha comprado leña ya seca – es buena idea almacenar la leña en un lugar seco y accesible durante el invierno. Planificando con antelación, te puedes ahorrar esas frías expediciones en zapatillas y camiseta en busca de leña durante la noche.

Lo que no funciona como almacén de leña, son las cubiertas temporales del tipo:

  • hecho a medias
  • apaños a la espera de una idea mejor
  • apaños a la espera de tener más tiempo o mejor tiempo
  • construcciones tipo tienda de campaña con lonas o plásticos
  • combinaciones de los cuatro puntos anteriores

En las casas de verano de la costa, nos podemos encontrar anti-estéticos ejemplos de todas estas categorías, y el común denominador en todas ellas es que se han partido bajo el peso de la nieve, o la cubierta se ha rajado o ambas. No importa lo que hagamos, la leña se estropea en pocos meses. El problema no es sólo que la leña se moja, sino que la naturaleza sigue su curso, y la leña comienza a descomponerse.

LO QUE SÍ FUNCIONA

Afortunadamente, esto es fácil de evitar. Si el espacio lo permite lo mejor es un cobertizo para la leña independiente y bien ventilado. En muchos casos, la alternativa más realista es almacenar la leña en un lugar que no se utilice durante el invierno, como una caseta de juegos o un porche de verano. Una lona puede ser un cobertizo temporal, pero nunca de forma que la leña no se ventile, incluso aunque esté ya seca. ES mejor almacenar la leña bajo una extensión del tejado, o hacer un tejadillo en una fachada de nuestra casa. El tejadillo puede tener una bisagra que permita desmontarlo en verano. La forma más fácil de almacenar leña corta (menos de 30 cm) es en una bolsa, pero un truco para apilar leña pequeña suelta contra una pared es colocar unas pocas tablas perpendiculares a la pared de forma que cuando la leña se levanta la pila se sujete a sí misma y no caiga.

Ver una pila de leña nos transmite seguridad, y cuando sientes por primera vez la acogedora sensación del calor de una estufa de leña, sabes que puedes afrontar el invierno con seguridad. Parte del disfrute de la leña es la sensación de tenerlo todo en orden, y que estamos en sintonía con las estaciones. Que tenemos suficiente leña y que es una buena leña. Un poco de planificación nos da una sensación de control y no dejará que el frío exterior nos perturbe mientras la fuente de calor más vieja de la historia de la humanidad está quemando en nuestra estufa o chimenea de leña.

 

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